PROCESO DE ELABORACIÓN DE PISCOS Y VINOS
Para la
elaboración del pisco se requiere de una delicada combinación de ciencia y arte
sazonada con dedicación y trabajo. Desde hace más de 400 años el pisco en el
Perú se viene colaborando de la misma forma, no la hemos cambiado. Si bien
ahora se cuenta con avances tecnológicos y maquinaria para facilitar tareas o
poder manejar mayores volúmenes de producción, los procedimientos son los
mismos.
Pisa o prensa
La pisa en
lagar a la manera tradicional se hace con los pies. En ella participan
cuadrillas de pisadores expertos en su labor. Cuando la uva se pisa de esta
forma no hay peligro de que se rompan las semillas, que contienen tanino y
podrían amargar el mosto.
Cuando el
volumen de producción es grande se opta por usar máquinas para el prensado de
la uva. Hay algunas prensas mecánicas que tienen el problema de aplastar las
pepas, lo que puede amargar el mosto, pero existen también otras de tipo
neumático que no tienen este inconveniente y dan resultados similares a los de
la pisa tradicional.
El mosto
fresco que se obtiene de la uva pisada o prensada pasa luego a la puntaya, una
poza a la que llega solamente líquido sin residuos sólidos, pues se filtra
colocando una doble canasta en la salida del canal.
Fermentación
El mosto de la
puntaya se lleva a los recipientes en los que se fermentará. Estos pueden ser
cubas de fermentación, tinajas, o pipas de fermentación. El mosto fresco se
deja fermentar y empiezan a actuar las levaduras que convierten el azúcar del
zumo de uva en alcohol y dióxido de carbono.
Terminada la
fermentación, lo que se obtiene es un vino
fresco y totalmente seco -pues no tiene nada de azúcar- que no resulta
agradable para beberlo, pero que una vez destilado dará por resultado el
maravilloso pisco que todos conocemos
Destilación
El mosto ya
fermentado se lleva al alambique. Se echa en la paila y se le aplica calor. El
líquido se calienta y llega a hervir, transformándose en vapor. Como el alcohol
hierve entre 78° y 80° C, mientras que el agua hierve a 100° C, los elementos
volátiles, suben por el capitel y luego por el cuello de cisne. Seguidamente
los vapores son transportados hacia el serpentín, sumergido en una poza con
agua fría que recibe el nombre de alberca. El agua hace que el vapor se
condense y se convierta nuevamente en líquido.
Lo primero en
salir del alambique es la "cabeza". Esta porción tiene un contenido
alcohólico muy alto y un sabor cetónico, por lo tanto, no se utiliza. Luego
empieza a salir el pisco propiamente dicho. La destilación continúa y lo último
que se obtiene del alambique es la "cola", que tiene un bajo nivel de
alcohol y carece de sabores y aromas agradables. Lo que se ha obtenido, una vez
separadas la cabeza y la cola, es el pisco o "corazón".
Reposo y
Embotellado
El pisco
recién hecho o "corazón" se pone en cubas de reposo o botijas pisqueras.
La bebida debe reposar un mínimo de tres meses en recipientes de vidrio, acero
inoxidable o cualquier otro material que no altere sus características físicas,
pues no hay que olvidar que es alcohol y éste absorbe con gran facilidad olores
y sabores.
Luego del
reposo, el pisco se embotella en vidrio transparente, para poder apreciar su
limpidez. También hay quienes lo hacen en recipientes de cerámica, que eran los
que tradicionalmente se usaban cuando se empezó a producir en la época
colonial.
Finalmente, se
coloca la marca y ya se encuentra lista para su distribución.
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